miércoles, agosto 09, 2006

En bronce envejecido por el tiempo, su Nombre.



Hace unos días, luego de un agradable paseo, fuimos a dejar a una amiga mía a su casa, ella vive en Villa Alemana, ciudad que queda al lado de mi ciudad, cerca de la casa de mi amiga, queda la casa que tenía mi bisabuelo.
Era tarde, alrededor de las 11 de la noche, nos dimos una vuelta para darle una mirada a aquel terreno que se encuentra a la venta actualmente. De pronto, uno de los que iba en el auto señalo una pizzería que quedaba justamente al frente, él es amigo del hijo del dueño de aquel conocido lugar de ambiente familiar y bueno… esto de la comida, esto de la familia, a mi debe haberme hecho algo, porque a penas nos estacionamos para ir a comprar algo de comer en ese local, yo me baje y me dirigí inmediatamente a la puerta de calle mas vieja de esa cuadra, la que era de mi bisabuelo.

La puerta de calle es de hierro forjado, de esas que ya no hay. Pude distinguir en la oscuridad de esa hora que era de un color verdoso, sulfatada estaba por todos esos años. En esa casa habitan actualmente dos viejitos, marido y mujer a esa hora deben haber estado durmiendo, yo asumí que así era la realidad, por eso, mis observaciones fueron muy silenciosas; estar tan cerca de una puerta sin tocar el timbre a esa hora es sospechoso. Creyendo haber visto lo necesario en la pesada y manipulada puerta metálica, de tubos lisos y sólidos que estaba adornada con flores de metal y capullos que hasta el día de hoy no abren, visualice una placa metálica muy desgastada y camuflada al observador. La placa tenía escrita en ella, el nombre de mi bisabuelo.
El primer nombre, el primer apellido que es el mismo que el mío, seguida de la inicial “L” de su segundo apellido que era “Lozano”.
Con lozanía, entiéndase; con orgullo, gallardía y viveza, dije en voz alta -para solo yo escucharme más allá de la voz propia que todos tenemos imaginariamente-, “quiero esa placa!”. Di la media vuelta y me acerque a uno que venia conmigo, fuimos juntos a buscar las herramientas que estaban en el auto y de la manera mas sigilosa posible, teniendo en las manos un destornillador de paleta, un alicate y una llave para desmontar las ruedas del vehiculo, nos acercamos rapidamente a la puerta con el objeto de poder sacar aquella placa y llevármela a mi casa.
¿Fue un acto delictivo? No lo se. Después de todo, cuando aquel terreno se venda, algo de dinero indirectamente me llegara a mí por medio de mi padre. La herencia es de todos los vivos.

Costo mucho sacarla, los pernos fijaban la placa de bronce a un trozo de madera y estos pernos estaban oxidados, quise sacar la pieza completa para no romper nada, entre esfuerzo y esfuerzo alguno que otro transeúnte pasaba mirando de reojo. Para disimular un poco y para probar las pizzas del local, en medio de aquella operación fuimos a comer al restaurante de en frente. La placa de bronce salio finalmente, corrimos al auto, la metimos dentro y partimos.

¿Me robe la placa o no?, no se. Depende del ángulo en que se lo mire, pero la sustraje, eso es verdad y sin autorización de nadie, sólo la mía y con eso me basto para cometer aquel acto. Él fue antes que yo, y esa verdad por herencia me pertenece, su nombre es parte de mí. Me gusta pensar que rescate aquella placa de bronce. La rescate del olvido…
Ahora la placa de bronce luce llena de brillo en el escritorio de mí padre, ya que antes de llegar a casa, dentro del auto, la envolví en papel de regalo para obsequiársela a él. Lo que es sustraído por motivos propios y se le regala a otro, tiene mas valor… es bueno desprenderse, no solo le regale un trozo de bronce viejo, le regale a su abuelo. Le regale la noción de que en mi hay noción de familia y que valoro a esos que vivieron en esta misma tierra y pisaron este mismo suelo, antes que yo.
Es en la noche, la hora más silenciosa, que muchos cautivan esperanzas que aparecen por necesariedad, es en la noche, en que estos furtivos acontecimientos dejan más marca en la memoria. Las semillas se siembran de día, las esperanzas se siembran de noche.
Y no hay otro motivo.

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